sábado, 4 de octubre de 2014

Reseña: El Sueño del Fevre, de George R.R. Martin


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Título: El Sueño del Fevre (Fevre Dream)

Autor: Geroge R.R. Martin.

Editorial: Gigamesh

Año de publicación: (1982) 2009

Páginas: 368

Precio: 20€ (al menos según la página de Gigamesh)




                                



Vale, que sí, que puede parecer que mis ratings se repiten, pero es que últimamente tampoco consigo leer nada ni que me llame mucho la atención ni que me disguste del todo, y el pobre Martin tampoco es una excepción.

Dejad que os ponga el argumento para entrar ya en el asunto:

En 1857, la cuenca del Misisipi bulle de actividad: los vapores señorean sus aguas en feroz competencia. Cuando Joshua York le ofrece sacar a flote su naviera a cambio de unas pocas condiciones, sencillas aunque misteriosas, el capitán Marsh ve realizado su sueño: ser el patrón del vapor más rápido del río. Pero los sueños de ambos se verán infiltrados por una pesadilla que anegará de sangre los fondeaderos.

Le tenía muchas ganas a este libro desde hacía ya tiempo, y gracias a Cris Granger me lo he podido leer, ya que en su amor y genialidad me lo regaló hace un par de meses. Y a pesar de lo que pueda parecer por la puntuación que le he dado, no me decepcionó especialmente. Lo que pasa es que Martin es Martin, y de él siempre se espera un poquito más.

La historia tarda demasiado en arrancar, con dos líneas argumentales separadas: la de Joshua York y Abner Marsh, y la de Damon Julian. Ambas tienen su interés de por sí solas, pero desde el primer momento que Damon Julian aparece es evidente que ambas van a acabar juntándose y que lo realmente interesante va a pasar cuando esto suceda. Entre tanto te van soltando pistas y detalles que hacen que te desesperes porque no ves el momento de que por fin pase algo. Lo que sea, pero algo de una vez.

Por otra parte el mito de los vampiros está muy bien conseguido, con una vuelta de tuerca que se las arregla para honrar a las tradiciones más típicas e introducir elementos nuevos y fascinantes. Me gusta especialmente el enfoque científico que aporta Joshua York y el vampiro como especie distinta a la humana. Como siempre está el vampiro bueno y el vampiro malo, el humano bueno y el humano malo, y todo eso mezclado con el Norte abolicionista y el Sur esclavista, y las comparaciones entre las condiciones de los esclavos negros, los blancos libres y los vampiros todopoderosos.

Una vez que Damon Julian y Joshua York confluyen, es imposible dejar de leer. Adquiere un ritmo trepidante que te lleva a querer más y más y más, a saber más de los vampiros, a ver qué va a pasar una página, un capítulo más adelante. Es la mejor parte del libro, por la que merece la pena y por la que se lleva toda la puntuación.

El problema es que Martin la lía, y en medio del punto álgido introduce de repente un capítulo raro con tono de epílogo que destroza el ritmo por completo. Un algo así como aquello de "Quince años más tarde..." tan propio de películas y series de televisión. Te quedas con la respiración atrapada, con los ojos en el precipicio de la última palabra... Y de repente nada, un lapsus de años y un capítulo para resumir lo que pasa en ellos.

La sensación es de que el libro ya está acabado, y desaparece de repente el interés por los personajes, por su historia y por lo que estaban haciendo antes del innecesario lapsus. Así que cuando retoma la acción, resulta extraño y poco natural, no acierta a dar de nuevo con ese ritmo galopante que no te dejaba despegar los ojos del papel, y la trama se resuelve demasiado rápido y sin llegar a enganchar de nuevo.

Luego ya viene el epílogo de verdad, que también da la sensación de sobrar y de necesitar otro tipo de explicaciones distintas de las que ofrece.

Así en resumen es un libro entretenido y en absoluto malo, pero desde luego no es de las mejoras obras de Martin, ni de las mejores variaciones que hay sobre el mito del vampiro. 





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